martes, 11 de marzo de 2008

un preloca prometido

En el Nuevo Brasil solo el encargado y las meseras podían hablar con ella, era una mujer que pasaba sus noches vestida de tehuana bebiendo café, esperando quien sabe que cosa, la vuelta del tiempo tal vez, solo hablaba para pedir cafe o cigarros, si algun novato en el cafe le dirigia la palabra le mentaba la madre, y asunto arreglado, de dia vivia en una casa que era mas bien un taller repleto de lienzos, caballetes, tubos de pintura, cajas de pasteles, colores, rollos, fotos y posters , lo curioso, era que la misma pintura se repetia aqui y allá, era un perfeccionista, y tenia 30 años intentando que esa pintura fuera perfecta asi que todo ese tiempo habia trabajado en ella. Le encantaban los perros, a esos si les hablaba como si fueran sus hijos, tenia 5, los cuidaba y los dejaba dormir en su cama. Su hermana, la visitaba una vez a la semana, hiba a tirar las colillas y a lavar los trastes por que ella nunca lavaba trastes. cuando tenia un bloqueo creativo, hablaba sola, incoherencias, recitaba canciones, conversaciones antiguas, comentaba una pelicula , se peleaba con sus fantasmas o con burocatas escolares, y cuando al fin sacaba aquello de su sistema podía seguir con su rutina.

2 comentarios:

Dama Caguamas dijo...

me pregunto qué tan lejano de la realidad está su texto?

Me encantó el traje raído, tierroso y sin color. El cabello largo largo y apestoso a cigarro.


Merci beaucoup Mademoiselle

Juchiteca dijo...

suricata, espero con ansia el viajar contigo. Va a ser extremadamentre interesante, todo un estudio antropologico. Espero algun dia hagas una preloca mia... jejejej
ally